DIA 5

Buenas noches a todos.

Sin novedades en el frente.

Hoy hemos operado a otros 9 pacientes. En total ya llevamos 40.

Los operados evolucionan bien, y por ahora todos contentos.

Hoy tocaba hablar de la ciudad de Mondou, y en el camino de la misión al hospital he estado haciendo fotos.

Aquí en el Chad tenemos la misma hora que en España peninsular, pero obviamente mucho mas calor.

Mondou es la segunda ciudad en población del Chad, y según dicen ellos la capital económica, así que viendo las fotos os podeis imaginar como va la economía del país.

Son fotos de las calles principales. Solo hay una que esta asfaltada. Por las noches no se puede sacar fotos porque no hay alumbrado público.  El que se lo puede permitir tiene un grupo electrógeno y tiene luz, el que no, que es la mayoría, pues a la cama a hacer niños.

Ya veis que no hay edificios, ni coches, ni nada de lo que uno puede pensar que suele haber en una ciudad. Eso si, hay muchos árboles.

Por todos los lados están estos puestos, que al principio uno piensa que son puestos de licores. En las botellas hay gasolina y la venden para las motos y para los grupos electrógenos de las casas.

No esperéis que os lleve un Souvenir: aquí no venden nada que se pueda comprar.

Como también os prometí que iba a hablaros de la gente de la expedición, he decidido empezar con Xavier. Anestesista.

Es francés, pero lleva unos años viviendo y trabajando en Martinica, y dice que se quedará allí porque le gusta mucho.

En el hospital donde trabaja hace sobre todo anestesia pediátrica.

Durante el día es un trabajador incansable. Es muy bueno en técnica. Cuida mucho a los pacientes y se preocupa que además de que todo vaya bien en la cirugía,  que no tengan dolor en el postoperatorio. Les deja puestos catéteres para analgesia a todos, los va a visitar varias veces cada día y es, sin lugar a dudas, el que más se preocupa ellos del grupo.

Tiene palabras amables para los pacientes y las familias antes y después de las cirugías (ahí no puedo competir, porque yo no hablo francés). Es muy dulce con los enfermos, pero a la vez muy serio trabajando. Lo cierto es que me produce una gran admiración.

Cuando acabamos la jornada, y todo está resuelto, se transforma en un niño revoltoso y le gusta hacer bromas. Es muy jovial. A mi me está tomando el pelo todo el dia con mi francés.

Es una suerte que esté aquí, tanto para los pacientes como para nosotros.

Aquí os dejo una foto para que sepáis quién es.