DIA 11

Anoche llegamos tarde de cenar (a las 11 y media) y ya no pude publicar la página, porque el wi-fi está en el pato de al lado, y me parecia una putada despertar al vigilante para que me lo abriera.
Aquí tenemos la misma hora que en España, pero la gente se levanta a las 5 de la mañana, y a las 10 de la noche ya es tardísimo.

El día transcurrió según lo previsto.

Hicimos 9 cirugías, incluyendo el niño del tumor a primera hora.

Una gran diferencia operar a un paciente tranquilos, en nuestro quirófano, sabiendo lo que hay que hacer, y sin espontáneos.

Le hicimos una buena limpieza, hemostasia a conciencia, y cuando ya no sangraba nada, cerramos el muslo.

La familia nos ha dicho que tienen recursos económicos y lo van a llevar a donde les digamos para que lo traten. Espero que no sea tarde.

Justo en la puerta del pabellón donde están los quirófanos están construyendo un edificio bastante grande que es la nueva maternidad.

Está pagada por alguna asociación francesa, y al ritmo en que trabajan aquí no se si estará terminada para el 2020.

Lo peor de todo, que es el problema real aquí, es que no hay personal cualificado. Cuando esté terminada tendrán un edificio nuevo y vacío, porque la poca gente que en el Chad puede estudiar medicina o enfermería se van a trabajar a Francia o a otro país donde se viva mejor, y por lo que he visto, los que se quedan en el hospital, es porque son tan malos que no les darían trabajo fuera de aquí.

Un problema de difícil solución.

Animados por la experiencia del otro día, antes de irnos a la cena, Claire ha sacado fuera su ordenador y les ha puesto Nemo.

Al principio eran 4 niños, pero otra vez se h juntado una multitud para ver la película.

Sin que se dieran cuenta les he hecho una foto con el teléfono, porque aunque a los pequeños les encanta que les hagamos fotos y se las enseñemos, a los adultos, sobre todo a las mujeres no les gusta nada.

Ya os dije que Marta es la fisio del grupo. Es de Barcelona.

Ella se queda todo el día en la misión y le ayuda a Jean (la enfermera de aquí) a hacer todas las curas, tomar temperaturas y dar medicaciones a todos los pacientes que tenemos ingresados aquí.

Me ha sorprendido el buen criterio que tiene, y lo bien que hace su trabajo, que ya os podeis imaginar que e ingente.

Cuando volvemos, ella me dice si hay que revisar a algún paciente, alguna herida que no le gusta, algún yeso que molesta… Y, repito, siempre con muy bien criterio.

Marta es una veterana en esto de la cooperación. Ha estado ya aquí en otras ocasiones, en Senegal, Etiopía, Madagascar…

Pero además de lo bien que trabaja, lo que mas me gusta de ella, es la naturalidad con que vive todo esto. Siempre está dispuesta a tomar algo, a bailar con los niños, a reírse, y transmite esa tranquilidad a todo el grupo.

Yo, personalmente, estoy encantado de estar con ella, y lo único que lamento, e que como no viene al hospital, disfruto de su compañía menos de lo que me gustaría.

Bueno, como ya os anuncié, hoy hemos estado cenando en el restaurante Cotton Chad.

Es el restaurante del mejor hotel de Mondou.

La piscina del hotel tenía el agua igual de verde y con la misma densidad de bichos que la que os enseñé el otro día, y el hotel, a pesar de ser el mejor, no deja de parecer un motelucho de carretera si lo comparamos con los que conocemos.

Cenamos en unas mesas en el jardín. Casi todos cenaron Capiten (pescado de aquí famoso por ser muy bueno). Yo como me moría de ganas de comer carne, pedí un chuletón (Cotte de beaf). Aunque en la foto tiene buena pinta, estaba tan duro, que aun mientras os escribo estas líneas tengo dolor de muelas.

Lo cierto es que pasamos un buen rato, comentando anécdotas de todos los días y nos reímos un montón. Esta gente es genial.

Por ahora os dejo.
Me voy pitando al hospital, que tenemos nuestra última jornada quirúrgica.
A la noche nos vemos.
Besos desde el Chad